Carolyn Adams, esposa de López Beltrán, defiende su estilo de vida y responde a críticas en redes sociales

La empresaria Carolyn Adams, esposa de José Ramón López Beltrán, hijo del expresidente Andrés Manuel López Obrador, ha salido al paso de las críticas generadas tras viralizarse un video donde su marido es visto saliendo de una exclusiva tienda Loro Piana en Texas. A través de sus redes sociales, Adams defendió con firmeza su estilo de vida, argumentando que es resultado de su propio trabajo profesional y recalcando que ni ella ni su esposo son funcionarios públicos.

La polémica se reavivó en diciembre, cuando las imágenes navideñas desataron nuevamente el debate sobre el nivel de vida de la familia. Carolyn Adams, de origen binacional brasileño-estadounidense, tiene una larga trayectoria en el sector energético internacional.

Antes de establecerse en México, trabajó durante quince años para British Petroleum en Dubai, experiencia que la llevó a viajar frecuentemente al país. En 2016, se trasladó definitivamente a Monterrey para incorporarse a Cava Energy, un fondo de inversión en infraestructura y gasoductos parte de Stella Holdings, grupo del cual sus padres también son accionistas.

Su vida profesional, independiente y de alto perfil, se desarrolló años antes de conocer a López Beltrán, con quien inició una relación pública en 2019.

La pareja, que actualmente reside en Houston, Texas, ha formado una familia numerosa. Adams tiene una hija mayor de una relación anterior, y junto a José Ramón son padres de tres niños pequeños: Salomón, nacido en 2020; Levi, en 2022; y Noah, en 2024.

Su vida familiar transcurre entre Estados Unidos y México, aunque las apariciones públicas y los viajes suelen ser escrutados y generan controversia periódica en el contexto de la austeridad promovida por el gobierno de su suegro. Las consecuencias de esta última defensa pública refuerzan la permanente tensión entre la vida privada de la familia presidencial y la percepción pública.

Adams insiste en que su patrimonio es legítimo y fruto de su carrera, desligándolo de la esfera política. Sin embargo, el episodio mantiene viva la discusión sobre los límites de la exposición y la crítica hacia los familiares de las figuras políticas, incluso después de que éstas dejen el cargo.

La reacción de Adams subraya un conflicto entre el derecho a la privacidad y el escrutinio público que parece destinado a continuar, marcando la narrativa en torno a los allegados de expresidentes..