Escándalo en Morena: Silencio y encubrimiento en caso de narcopolítica en Tabasco

El caso de Hernán Bermúdez, exsecretario de Seguridad en Tabasco nombrado por Adán Augusto López, ha destapado un escándalo de narcopolítica en Morena. Documentos filtrados y narcomantas revelaron sus nexos con el crimen organizado, pero las autoridades tardaron años en actuar. Mientras, el lopezobradorismo guarda silencio, protegiendo a López y repitiendo la misma opacidad que criticaban en gobiernos anteriores. La FGR busca a Bermúdez, prófugo en Panamá, pero nadie explica por qué la orden de aprehensión se emitió tan tarde. El contexto es claro: Adán Augusto fue gobernador de Tabasco y cercano a AMLO, quien lo llamó hermano político. Los Guacamaya Leaks confirmaron que el Ejército conocía los vínculos de Bermúdez, pero Morena ignoró las alertas. Ahora, Javier May, actual gobernador, rompió el silencio al admitir que era vox populi la relación del exfuncionario con el cártel La Barredora.

Sin embargo, Sheinbaum evita señalar a López y solo pide tibias explicaciones. Las consecuencias son graves. El encubrimiento fortalece la narrativa de Donald Trump sobre México como un Estado fallido dominado por cárteles. Morena, que denunciaba complicidades en el pasado, ahora repite los mismos patrones: lealtad ciega, desvío de responsabilidades y manipulación mediática. La capa de invisibilidad que usan para proteger a sus aliados no solo daña la credibilidad del gobierno, sino que alimenta la impunidad. México merece respuestas, no otro manto de silencio.