Evitar Sentarse en el Inodoro Público: Riesgos y Verdades Científicas

La creencia popular de que no sentarse en la taza de un baño público previene enfermedades es cuestionada por microbiólogos. Según el profesor José Ramos Vivas, investigador de la Universidad Europea del Atlántico, el riesgo real de contraer una infección cutánea por el contacto es mínimo, a menos que exista una herida abierta. El verdadero foco de contagio son las manos al tocar superficies contaminadas y no lavarse después. Los patógenos más comunes en estos entornos son las enterobacterias y los hongos por humedad. La práctica de no sentarse correctamente, conocida como en cuclillas, conlleva riesgos físicos significativos.

Esta postura fuerza el suelo pélvico y puede dañar los órganos anorrectales. Además, evita el vaciado completo de la vejiga, lo que incrementa el riesgo de desarrollar infecciones urinarias a largo plazo. Los expertos concluyen que la medida más efectiva para la salud es la higiene de manos. Lavarse las manos con agua y jabón después de usar el baño es la barrera más eficaz contra gérmenes. Sentarse en el inodoro es seguro y, de hecho, más saludable para el cuerpo que adoptar posturas forzadas que comprometen el bienestar físico.