Las Poquianchis: la verdadera historia de las hermanas González Valenzuela

La serie Las Muertas, recién estrenada en Netflix, ha devuelto a la actualidad uno de los casos más siniestros de la historia criminal de México: el de Las Poquianchis. Este era el apodo de las hermanas González Valenzuela, Delfina, María de Jesús, María del Carmen y María Luisa, originarias de Jalisco. Entre las décadas de 1950 y 1960, construyeron un imperio de prostíbulos basado en la trata de blancas, la explotación y el asesinato de numerosas mujeres jóvenes a las que reclutaban mediante engaños. Su operación se centraba en reclutar a adolescentes de entre 12 y 14 años de zonas rurales, prometiéndoles trabajo como empleadas domésticas. Una vez en su poder, las víctimas eran forzadas a prostituirse en sus burdeles. Cuando cumplían alrededor de 25 años y eran consideradas inservibles, su destino era fatal: eran golpeadas, envenenadas, abandonadas a morir de hambre y enterradas en fosas clandestinas dentro de sus propiedades.

La red criminal operó con impunidad hasta que una joven logró escapar y denunciarlas ante las autoridades de León, Guanajuato, en 1964. La investigación subsiguiente destapó la magnitud de los crímenes, llevando al arresto de las hermanas. Las más activas, Delfina, María de Jesús y María del Carmen, fueron condenadas a 40 años de prisión, aunque no cumplieron la totalidad de sus condenas. María Luisa, con una participación menor, fue internada en un hospital psiquiátrico. El legado de Las Poquianchis perdura como un sombrío recordatorio de la impunidad y la violencia de género, un caso que continúa fascinando y horrorizando por igual, ahora revisitado para una audiencia global a través de la ficción.