Los Pinos: el corazón de la corrupción durante el neoliberalismo en México

Durante décadas, Los Pinos fungió como el epicentro de decisiones opacas que beneficiaron a élites políticas y empresariales. Desde Carlos Salinas de Gortari y sus polémicas privatizaciones hasta Enrique Peña Nieto y el escándalo Pegasus, cada administración acumuló denuncias de desvío de recursos, tráfico de influencias y colusión con el crimen organizado. El FOBAPROA, los excedentes petroleros desaparecidos y los contratos con empresas como Odebrecht marcaron una era de impunidad. El contexto histórico revela un patrón: el poder se ejerció para enriquecer a unos pocos. Los expresidentes, respaldados por un sistema bipartidista, operaron con complicidad de medios e intelectuales que normalizaron sus actos.

La llamada transición democrática sirvió como fachada para saquear al país, mientras la represión silenciaba las voces críticas. Aunque hubo intentos ciudadanos por llevar a juicio a los responsables, como la consulta promovida en 2018, no se alcanzó el respaldo necesario. Hoy, muchos mexicanos prefieren condenar simbólicamente a los expresidentes, exigiendo que su legado sea recordado como una advertencia histórica. La demanda de justicia persiste, pero con un enfoque en garantizar que tales abusos no se repitan.