Manos frías constantes: causas médicas y cuándo preocuparse

Tener las manos frías de forma habitual no siempre es inofensivo. Según la Clínica Mayo, puede deberse a factores como mala circulación, anemia, hipotiroidismo o incluso el síndrome de Raynaud, un trastorno que afecta los vasos sanguíneos. Cuando el cuerpo prioriza calentar órganos vitales, las extremidades reciben menos flujo sanguíneo, pero si ocurre sin exposición al frío, podría indicar un problema subyacente. Entre las causas más comunes destacan enfermedades cardiovasculares, diabetes no controlada o efectos secundarios de medicamentos. La anemia, por ejemplo, reduce la oxigenación en manos y pies, mientras que alteraciones hormonales como el hipotiroidismo ralentizan el metabolismo, afectando la temperatura corporal.

Especialistas advierten que cambios en el color de la piel, dolor o úlceras en los dedos requieren atención médica inmediata. Para mejorar la circulación, se recomienda ejercicio regular, evitar tabaco y alcohol, y consumir alimentos ricos en hierro. Si el frío persiste acompañado de fatiga, aumento de peso o entumecimiento, es crucial consultar a un médico. Ignorar estos síntomas podría agravar condiciones como daño nervioso o riesgo de congelación en casos extremos, según alertan los expertos.