Mercados públicos vs comercios: ¿competencia desleal o abasto popular?

Los locatarios de mercados públicos en la Ciudad de México han protagonizado protestas esta semana, bloqueando avenidas clave en rechazo a los programas de abasto popular impulsados por diputados. Estos comerciantes, agrupados en el Movimiento Popular de Comerciantes de Mercados Públicos, exigen que se respeten sus beneficios históricos, como rentas simbólicas y subsidios en servicios, argumentando que los abastos populares afectan su economía. Sin embargo, pequeños comerciantes fuera de los mercados denuncian competencia desleal, ya que ellos pagan costos completos de operación. El conflicto tiene raíces en una política social de los años 50, diseñada para garantizar el abasto accesible en la capital. La Ley de Mercados Públicos de 1951 establece subsidios y concesiones heredables, pero su actualización es urgente, según legisladores.

Aunque la norma busca favorecer precios bajos, muchos locatarios fijan tarifas similares o superiores a las de cadenas comerciales, e incluso alquilan sus puestos a terceros, distorsionando el propósito original. Esto ha generado críticas sobre la eficacia del modelo. Las protestas han llevado a acuerdos políticos, como un exhorto aprobado por unanimidad para que las alcaldías y la Auditoría de la CDMX actúen en favor de los mercados. No obstante, la tensión persiste: mientras los locatarios defienden sus privilegios, otros sectores exigen equidad. El desafío será equilibrar el apoyo a los mercados tradicionales con la necesidad de precios justos para la población, evitando que los subsidios públicos beneficien a unos pocos en detrimento del consumidor.