Campañas de descacharrización urgentes para prevenir brote de dengue en la ciudad

La ciudad enfrenta un riesgo inminente de brote de dengue debido a la acumulación de cacharros en patios, azoteas y solares abandonados. Vecinos y trabajadores de salud coinciden en que las lluvias recientes podrían acelerar la proliferación del mosquito Aedes aegypti, transmisor de la enfermedad. Sin una campaña masiva de descacharrización, el problema podría escalar rápidamente, como ocurrió en 2005, cuando un brote dejó decenas de muertes. Expertos recuerdan que las larvas se convierten en mosquitos en menos de diez días, lo que exige acciones inmediatas. El dengue no es la única amenaza, ya que también podrían aumentar casos de Zika y Chikunguña. A pesar de los esfuerzos por aplicar abate en depósitos de agua, la falta de coordinación entre autoridades y la resistencia de algunos vecinos complican la prevención. En años anteriores, las campañas de descacharrización lograron retirar toneladas de basura, pero actualmente son insuficientes.

La Secretaría de Salud insiste en la importancia de limpiar techos y lotes baldíos, donde se acumulan llantas, botellas y otros objetos que retienen agua. Sin embargo, la falta de recursos y la desorganización retrasan las acciones. Medios de comunicación y redes sociales podrían ayudar a concientizar a la población, pero se requiere mayor compromiso gubernamental. Las consecuencias de no actuar podrían ser graves, con un aumento de hospitalizaciones y saturación de servicios médicos. Además, el deterioro urbano y la mala imagen de la ciudad empeorarían. Mientras las autoridades discuten soluciones, los ciudadanos pueden contribuir eliminando criaderos en sus hogares. La prevención es clave para evitar una crisis de salud pública como la vivida en el pasado.