Crimen organizado revive plantas petroleras abandonadas en Veracruz para robo de hidrocarburos

En Veracruz, el crimen organizado ha encontrado una nueva forma de robar hidrocarburos: reactivando plantas petroleras abandonadas o desmanteladas. Trabajadores jubilados y activos denuncian que estas instalaciones, ubicadas en zonas como Coatzacoalcos, Minatitlán y Cosoleacaque, son utilizadas para extraer combustible de manera ilegal. Según testimonios, los delincuentes aprovechan tuberías y estructuras olvidadas, lo que facilita el saqueo sin llamar la atención. Las autoridades han intervenido algunas de estas operaciones, pero el problema persiste. El contexto revela que muchas de estas plantas fueron cerradas o abandonadas en los últimos años, especialmente después de 2016, cuando se dejaron de usar para procesos industriales. Sin embargo, lejos de quedar inactivas, han sido reconvertidas en centros de operación ilegal.

Los delincuentes, muchos de ellos con conocimientos técnicos, han desmantelado equipos y reutilizado tuberías para conectar clandestinamente los ductos. Esto les permite extraer hidrocarburos sin necesidad de transportarlos en pipas, evadiendo controles. Las consecuencias son graves: además de las pérdidas económicas para el sector energético, la violencia asociada a estos robos ha aumentado. Trabajadores y jubilados denuncian amenazas e intimidación por parte de grupos criminales. Además, la falta de mantenimiento en estas instalaciones representa un riesgo ambiental y de seguridad. Mientras las autoridades centran sus esfuerzos en otras regiones, Veracruz se consolida como un punto crítico para el huachicol, un problema que sigue creciendo sin control.