Crisis en la Escuela de Música Vida y Movimiento del Ollin Yoliztli alcanza punto crítico

La Escuela de Música Vida y Movimiento, una de las instituciones formativas más importantes del Centro Cultural Ollin Yoliztli en la Ciudad de México, se encuentra en un estado de abandono crítico. La infraestructura sufre de goteras, inundaciones y humedad constante, lo que ha dañado instrumentos musicales de madera y partituras valiosas.

Estudiantes y docentes han reportado la presencia de cubetas para contener el agua de lluvia, baños clausurados y fallas en los sistemas eléctricos y de extracción de humedad, creando un ambiente insalubre y poco propicio para el estudio y la práctica musical intensiva. A pesar de las múltiples quejas, la administración de la escuela, dependiente de la Secretaría de Cultura capitalina, no ha proporcionado soluciones concretas.

El contexto de esta crisis se remonta a un problema estructural de financiamiento. La escuela, con 45 años de historia y 159 alumnos actuales, carece de un presupuesto asignado específicamente para su mantenimiento y operación.

Los recursos económicos del Centro Ollin Yoliztli, que ascienden a aproximadamente 62 millones de pesos anuales para ocho escuelas y numerosos ensambles comunitarios, se destinan casi en su totalidad al pago de nóminas.

Esta situación deja sin fondos para la compra de insumos básicos, la reparación de instrumentos, el mejoramiento de programas académicos o el apoyo estudiantil. Además, un 40% del profesorado, incluidos los directivos, trabaja con contratos por honorarios, lo que refleja la precariedad laboral que acompaña al deterioro material.

Las consecuencias de este abandono son profundas y multifacéticas. En primer lugar, se pone en grave riesgo la salud de estudiantes y maestros, así como la integridad del valioso acervo musical y los instrumentos.

En segundo término, la formación artística de una nueva generación de músicos se ve comprometida por condiciones que minan su desarrollo y bienestar. Finalmente, la respuesta institucional ha sido de opacidad, desatendiendo las peticiones formales de información y plan de acción.

Ante esta situación, la comunidad escolar se sostiene únicamente por la voluntad y el compromiso de sus integrantes, quienes han comenzado a movilizarse públicamente, exigiendo a la jefa de gobierno, Clara Brugada, y a la secretaria de Cultura, Ana Francis Mor, una solución inmediata que garantice el derecho a una educación artística digna y de calidad..