Daniel Mordzinski captura la esencia de los escritores en el Hay Festival Querétaro

Daniel Mordzinski, conocido como el fotógrafo de los escritores, participa activamente en la décima edición del Hay Festival Querétaro. El artista argentino, que ha colaborado con el festival internacional durante más de dos décadas, presentará su nuevo libro Vargas Llosa, el escribidor y la vida e inaugurará una exposición de 50 retratos en la Alameda Hidalgo. Además, mantendrá un diálogo público con el autor Juan Gabriel Vásquez y la directora del festival, Cristina Fuentes La Roche, consolidando su papel como un puente único entre la literatura y la imagen. Su trabajo se caracteriza por huir de los convencionalismos para buscar la autenticidad del momento. El contexto de la obra de Mordzinski se define por una carrera de 48 años dedicada a ponerle rostro a la literatura. Rechaza abiertamente los clichés fotográficos, como retratar a los autores posando como el Pensador de Rodin o junto a sus bibliotecas. En su lugar, se describe a sí mismo como visualmente travieso, buscando siempre captar una faceta más personal y reveladora de sus sujetos.

Para lograrlo, a menudo recurre a su profundo conocimiento como lector, citando situaciones de las propias obras de los escritores para persuadirlos y conseguir imágenes fuera de lo común, como su famosa fotografía de Elena Poniatowska rodeada de vestidos de quinceañera. Las consecuencias de su enfoque íntimo y persistente son un archivo visual invaluable de la literatura contemporánea y relaciones de confianza duraderas con grandes figuras. El mayor ejemplo es su vínculo con Mario Vargas Llosa, a quien siguió con su cámara durante tres décadas. Esta complicidad le permitió acceder a momentos de extrema intimidad, como la prueba del frac previa a la ceremonia del Premio Nobel en Estocolmo, una imagen que simboliza la cercanía y el respeto mutuo. Su libro sobre el Nobel peruano es el testimonio de esa amistad, repleto de fotografías inéditas y textos que dialogan con ellas. Mordzinski no solo documenta la vida literaria, sino que crea un legado cultural donde la imagen y la palabra se funden inseparablemente, celebrando la humanidad detrás de las grandes plumas.