Feminicidio de Keila Nicole revela urgencia en salud mental familiar

El reciente feminicidio de Keila Nicole, una menor de 13 años en Tijuana, perpetrado por un adolescente de 16, ha encendido alarmas sobre la salud mental en las familias. Según la Fiscalía, el agresor se inspiró en la serie Dexter, pero expertos como el neuropsicólogo Pedro Uriarte señalan que el origen es más profundo: traumas emocionales no resueltos y falta de atención parental. Este caso refleja cómo la violencia mediática interactúa con vulnerabilidades psicológicas preexistentes. Uriarte destaca que las heridas emocionales no atendidas en el seno familiar pueden derivar en conductas violentas. El agresor, según el experto, actuó por carencias afectivas y maltrato físico sufrido, canalizando su dolor a través de referentes televisivos. La culpa no es de la serie, sino de quienes permitieron su consumo sin supervisión ni diálogo, afirmó.

La falta de acompañamiento parental agrava estos riesgos, especialmente en adolescentes expuestos a contenidos sensibles. Las consecuencias de ignorar la salud mental familiar son devastadoras. Uriarte advierte que un trauma no tratado puede afectar a hasta 200 personas en el entorno del agresor, generando ciclos de violencia. Insiste en que los padres deben asumir su rol guía, abordar duelos y prevenir trastornos como depresión o ansiedad. Sin intervención profesional, el riesgo de repetición es alto, concluyó, subrayando la necesidad de políticas públicas y conciencia social para romper estos patrones.