Fotos virales de Paco Palencia y Conejo Pérez en Francia 98 desatan debate sobre su veracidad

Unas fotografías que presuntamente muestran a los exfutbolistas mexicanos Francisco ‘Paco’ Palencia y Óscar ‘Conejo’ Pérez divirtiéndose con ciudadanas francesas durante el Mundial de 1998 han generado un intenso debate en redes sociales. Las imágenes, publicadas originalmente por un usuario en X, fueron atribuidas a una revista de la época, pero rápidamente surgieron las dudas sobre si fueron creadas con inteligencia artificial.

El hecho ha reavivado el interés por la vida privada de los ídolos del deporte fuera de los terrenos de juego. El contexto se remonta a la participación de la Selección Mexicana en el Mundial de Francia 1998, evento donde ambos jugadores fueron figuras clave.

La vida de los futbolistas de elite siempre ha estado bajo escrutinio, pero en esa era previa a las redes sociales, las imágenes íntimas eran menos frecuentes y se difundían principalmente a través de revistas especializadas. La supuesta procedencia de estas fotos, la revista ‘Mi Guía’ de junio de 1998, añade una capa de autenticidad histórica al hallazgo, situando el momento en un periodo donde ambos eran solteros.

Para determinar la autenticidad de las polémicas imágenes, se realizó un análisis técnico con ayuda de herramientas de inteligencia artificial. El examen se centró en las texturas y colores, encontrando una saturación y exposición coherente con la fotografía analógica de los años 90 y no con la nitidez artificial moderna.

También se estudiaron los detalles anatómicos y el entorno, donde no se hallaron los fallos típicos de la IA, como dedos extras o objetos deformes, concluyendo que lo más probable es que sean fotografías reales escaneadas. Las consecuencias inmediatas giran en torno a la reputación de los exastro, aunque al no existir una infracción moral al ser ambos solteros en aquel momento, el impacto se centra más en el debate sobre la desinformación digital.

Este caso sienta un precedente sobre cómo la inteligencia artificial está obligando a un escrutinio más profundo del contenido histórico que resurge, desdibujando la línea entre lo real y lo generado por software y cuestionando la veracidad de todo lo que se comparte en línea..