Jornaleros de Guerrero desafían la violencia en Sinaloa para sobrevivir

La violencia extrema en Sinaloa no detiene la migración forzada de jornaleros guerrerenses. Setenta y siete trabajadores de la Montaña de Guerrero, acompañados por 38 menores, emprendieron un peligroso viaje hacia los campos agrícolas de Culiacán. Partieron desde el municipio de Tlapa de Comonfort con la esperanza de emplearse en la cosecha de chile morrón. El Centro de Derechos Humanos de la Montaña Tlachinollan alertó que el trayecto es especialmente riesgoso al ingresar a Sinaloa, donde grupos delincuenciales retienen frecuentemente a los migrantes. Esta migración masiva es impulsada por la falta total de oportunidades y la crisis económica en sus comunidades de origen. La canasta básica tiene precios inalcanzables y no existen empleos locales, lo que hace imposible la supervivencia sin migrar. La temporada alta de desplazamiento inició en septiembre y ya suman más de 147 familias las que han partido, la mitad de ellas conformadas por menores y jóvenes.

La diáspora continúa en aumento cada día según los reportes de las organizaciones de defensa humana. Los jornaleros enfrentan doble explotación: la violencia del camino y las precarias condiciones laborales. Un trabajador relata que el pago inicial es de 3. 50 pesos por un bote de 20 litros, para luego ganar 331 pesos diarios. Las jornadas extensas, bajo un sol intenso, solo compensan con 60 pesos la hora extra. Además, deben vivir con el miedo constante a la violencia, siendo la recomendación no salir de los campos de trabajo. Esta situación describe un ciclo de pobreza y riesgo del que es casi imposible escapar para las familias de la Montaña.