Leonel, el artesano del ate en Morelia, lucha contra el cáncer y la escasez de fruta

Don Leonel Ramírez, de 92 años, enfrenta una batalla doble: la falta de fruta para elaborar ate y su lucha contra el cáncer de piel. En Morelia, su taller, heredado de su esposa, resiste a pesar de los precios elevados de insumos como la guayaba y el perón, esenciales para su producción. La sequía y la inflación han reducido su capacidad de trabajo, limitándolo a pocas piezas. La salud de Leonel también es un desafío. Recientemente operado por cáncer de piel, debe evitar el calor y el sol,

elementos clave en su proceso artesanal. A pesar de esto, sigue vendiendo sus ates de guayaba, membrillo, mango y piña, aunque reconoce que su edad y condición física complican su labor. Sin apoyo oficial o familiar constante, Leonel depende de su oficio para sobrevivir. Su historia refleja la precariedad de los artesanos tradicionales en México, donde la falta de políticas de apoyo y los cambios climáticos amenazan con extinguir oficios centenarios. Esto no es solo un negocio, es mi forma de sobrevivir haciendo arte, afirma con determinación.