Mono González: El Muralismo Chileno como Herramienta de Protesta Social y Memoria

Alejandro Mono González, muralista chileno y fundador de la Brigada Ramona Parra, reivindica el arte callejero como un acto de agitación social y resistencia. Con una trayectoria que comenzó durante el gobierno de Salvador Allende, González enfatiza que su trabajo siempre ha buscado ser directo y colectivo, un mensaje rápido de rebeldía pintado antes de que llegara la policía. Su filosofía se basa en un arte democrático que no pertenece a un solo artista, sino a la comunidad que lo habita y lo crea. El contexto de su obra está profundamente enraizado en la historia política de Chile. Nacido de la clandestinidad y la represión de la dictadura, el muralismo chileno se distingue por su origen popular y marginal, a diferencia del muralismo mexicano más institucional.

González destaca cómo estos murales surgieron como un contrapunto a la cultura de la muerte, recordándole a la gente que estaban vivos mediante imágenes de sueños, denuncias y memoria por los detenidos desaparecidos. Las consecuencias de este legado son visibles hoy. González ve el arte urbano como una respuesta vital al avance del negacionismo y la ultraderecha a nivel global. Para él, pintar en la calle es un acto democrático que levanta la autoestima social y deja constancia de las preocupaciones colectivas. Su trabajo, desde París hasta el Estadio Nacional de Chile, sigue siendo un grito de esperanza por una sociedad más justa.