Río Nazas demanda a México ante instancias internacionales por sus derechos ambientales

Por primera vez en Latinoamérica, un río es sujeto de derechos y lleva su defensa a tribunales internacionales. El Nazas, que recorre Durango y Coahuila, ha sido víctima de una gestión hídrica deficiente, resultando en la pérdida del 60% de su agua y la desecación de su cauce inferior. Este hecho sin precedentes marca un punto de inflexión en la protección jurídica de los ecosistemas. Las peticiones formales fueron presentadas el 3 de septiembre por la asociación Prodenazas. Se interpusieron ante la Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA) del T-MEC en Montreal y ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en Washington. La base legal surge del incumplimiento del Estado mexicano en proteger el acuífero, a pesar de un fallo previo de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.

La estrategia legal no busca enjuiciar al Estado por enjuiciar, sino forzar un diálogo para una solución amistosa. Los representantes legales, Luis Pedroza y Juan José Rojas, argumentan que el objetivo es lograr una gestión de cuenca integral que permita al río conectar con su acuífero y rescatar volúmenes de agua. No se persigue que el Nazas fluya todo el año, sino restaurar su ciclo natural y garantizar su supervivencia. Las consecuencias trascienden el caso mexicano, sentando un precedente global para la personería jurídica de la naturaleza. Brenda Armendáriz de Prodenazas enfatiza el derecho de las futuras generaciones a disfrutar del río. Este caso urge un manejo hídrico sostenible y demuestra una voluntad política indispensable para revertir la destrucción ambiental, presionando al gobierno a actuar.