Violento enfrentamiento entre Noroña y Alito Moreno evidencia la polarización política en México

El senador Gerardo Fernández Noroña y el líder priísta Alejandro Moreno protagonizaron un agresivo enfrentamiento físico en la Comisión Permanente del Congreso de la Unión. El incidente, captado por múltiples cámaras, mostró intercambio de golpes e insultos tras una discusión que escaló rápidamente. Este hecho sin precedentes ocurrió en la misma tribuna donde se honra a los ciudadanos más destacados del país, manchando la solemnidad del recinto legislativo. El contexto de este lamentable suceso se remonta a años de polarización y retórica agresiva instalada en la vida pública nacional. La estrategia política basada en la confrontación y la descalificación sistemática del adversario ha erosionado las bases del diálogo democrático.

Este ambiente ha favorecido el ascenso de figuras que priorizan la provocación y la notoriedad en redes sociales sobre la deliberación de ideas y la construcción de acuerdos, transformando las cámaras en arenas de conflicto. Las consecuencias inmediatas incluyen una grave deslegitimación del Poder Legislativo y la normalización de la violencia como herramienta política. Lejos de propiciar una condena unánime, el evento profundizó la división. La presidenta Claudia Sheinbaum, en lugar de actuar como jefa de Estado, optó por respaldar a su correligionario Noroña, validando así la confrontación. Este episodio refleja la alarmante incapacidad para resolver diferencias mediante mecanismos institucionales y pacíficos, sembrando un peligroso precedente de impunidad para la agresión física en la política mexicana.