Yanet Guerrero, embarazada, lucha por su vida tras explosión de pipa de gas en Iztapalapa

Una explosión de una pipa de gas LP en el Distribuidor Vial La Concordia, Iztapalapa, el pasado 10 de septiembre, ha dejado una estela de dolor. Yanet Guerrero López, de 22 años y embarazada de cinco meses, lucha por su supervivencia en el Instituto Nacional de Rehabilitación con quemaduras en el 60% de su cuerpo. Junto a ella, su hijo de dos años, Uriel Antonio, también se encuentra en estado grave con el 30% de su cuerpo quemado. El accidente ocurrió al mediodía cuando el transporte volcó y el gas liberado provocó una masiva deflagración que alcanzó a vehículos y peatones. Yanet viajaba en familia con su esposo, Francisco Uriel Rosas, y un sobrino, quienes sufrieron lesiones moderadas. La familia se dirigía a disfrutar de un día común que se transformó en una tragedia inesperada en un instante. El contexto médico es extremadamente delicado.

Los profesionales del INR enfrentan el enorme desafío de tratar las quemaduras severas de Yanet mientras monitorean constantemente la estabilidad de su embarazo. Los riesgos de infección, deshidratación e inflamación suponen una amenaza dual para la madre y el bebé en gestación. La gobernadora de Guanajuato, Libia García Muñoz Ledo, y el secretario de Gobierno, Jorge Jiménez Lona, han prometido todo el apoyo necesario para la familia, asegurando la atención médica especializada. Las consecuencias trascienden lo físico, sumiendo a la familia en una profunda angustia económica y emocional. Francisco Uriel, el esposo, expresa su devastación mientras se aferra a cualquier señal de mejora por mínima que sea. La comunidad ha respondido con una ola de solidaridad, incluyendo vigilias, donaciones y mensajes de apoyo en redes sociales, convirtiéndose en un crucial soporte. El caso ha visibilizado nuevamente los peligros del transporte de combustibles y la vulnerabilidad de los ciudadanos, mientras una familia espera un milagro para que ambos sobrevivan.