Detectan fusión de agujeros negros gigantes que desafía la teoría de Einstein

Un equipo internacional de astrónomos ha detectado la fusión de dos agujeros negros tan masivos que su existencia contradice los modelos actuales de formación cósmica. El evento, registrado como GW231123, generó ondas gravitacionales captadas por el observatorio LIGO, revelando un objeto 62 veces más pesado que el Sol y con una rotación extremadamente rápida. Este hallazgo, el más significativo desde 2015, obliga a replantear cómo se forman y evolucionan estos misteriosos cuerpos celestes. Las ondas gravitacionales, predichas por Einstein en 1915, son distorsiones en el espaciotiempo producidas por eventos cósmicos violentos. Desde su primera detección hace ocho años, se han identificado más de 300 fusiones, pero ninguna con características tan extraordinarias como GW231123. Según Charlie Hoy, astrónomo de la Universidad de Portsmouth, este agujero negro podría haberse formado mediante un mecanismo desconocido o indicar fallos en los modelos teóricos actuales.

La comunidad científica debate si su origen se debe a colisiones sucesivas o a condiciones primordiales del universo temprano. Las consecuencias de este descubrimiento podrían revolucionar la astrofísica moderna. Proyectos como el Telescopio Einstein y la misión espacial LISA, previstos para 2030, buscarán respuestas estudiando ondas gravitacionales más débiles y lejanas. Mientras tanto, GW231123 sigue desconcertando a los expertos: su rápida rotación sugiere que proviene de un sistema binario inusual o que interactuó con múltiples agujeros negros antes de fusionarse. Este enigma subraya lo mucho que aún desconocemos sobre los fenómenos más extremos del cosmos.