Jorge Luis Borges y Los Conjurados: 40 Años del Último Legado Poético del Maestro

Hace cuatro décadas, en 1985, se publicó Los conjurados, el último libro de Jorge Luis Borges. Esta obra, presentada por el autor en Madrid y Barcelona, reúne 39 poemas que condensan los grandes temas de su universo literario: los laberintos, el tiempo cíclico, los espejos y la metafísica. El poemario funciona como un testamento artístico, donde Borges reflexiona sobre el amor, la pérdida y la naturaleza de la creación poética, a la que definió como una magia menor. El libro incluye piezas dedicadas a su esposa, María Kodama, y dos milongas que rinden homenaje a la tradición popular rioplatense. El contexto de su creación fue intenso y revelador. Borges, ya anciano y cansado, viajó también a Argentina para asistir a los juicios contra los militares de la última dictadura, afirmando que no juzgar los crímenes sería alentar la impunidad.

Este compromiso ético con la memoria se traslada sutilmente a su poesía. Poco después, regresaría a Ginebra, ciudad donde falleció en junio de 1986, convirtiendo este poemario en su despedida definitiva de la literatura mundial. Cuarenta años después, la vigencia de Los conjurados es más palpable que nunca. Poemas como Juan López y John Ward, que narra el absurdo de dos hombres que se matan en una guerra sin conocerse, resuenan con escalofriante actualidad ante conflictos modernos. Otros, como Un lobo, critican la idea de progreso que destruye la naturaleza. La obra se erige así no como una reliquia del pasado, sino como un lente lúcido para interpretar las alarmas y horrores de nuestro tiempo, invitando al lector a mirar el mundo con un ligero aumento de luz.