Redadas encubiertas del ICE en Los Ángeles generan protestas y exigencias de identificación

Las redadas encubiertas realizadas por agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) en Los Ángeles han desatado una ola de indignación. Desde el 6 de junio, estos operativos, ordenados por el gobierno federal, se llevan a cabo con agentes enmascarados y en vehículos no identificados, lo que ha generado confusión y temor entre la comunidad. Autoridades locales, incluida la alcaldesa Karen Bass, han denunciado estas prácticas y exigen transparencia para evitar abusos y posibles suplantaciones por parte de delincuentes. El contexto de estas redadas se enmarca en la política migratoria federal, pero la falta de identificación de los agentes ha escalado las tensiones. Videos circulantes muestran a hombres encapuchados realizando detenciones violentas, incluso

contra ciudadanos estadounidenses, como un joven empleado de Walmart golpeado en Pico Rivera. Además, se reportaron allanamientos sin orden judicial, como el caso de una mujer embarazada en Huntington Park. Estas acciones han sido criticadas por violar derechos civiles y sembrar desconfianza en comunidades migrantes. Como consecuencia, legisladores californianos impulsan el Proyecto de Ley SB 805, conocido como Ley de No Vigilantes, que obligaría a los agentes federales a identificarse durante los operativos. La iniciativa busca prevenir abusos y proteger a la población de posibles fraudes. Paralelamente, ciudades como Pasadena han suspendido actividades públicas ante la presencia de ICE, mientras crece la presión para que se establezcan protocolos claros de identificación en las redadas migratorias.